El desastroso gobierno de Vizcarra durante el covid-19

Leoncio Díaz

El desastroso gobierno de Vizcarra durante el covid-19

Si alguien quiere un manual sobre cómo ser el peor gobernante y mantener mucha popularidad, solo necesita estudiar el gobierno de Vizcarra y encontrará todas las fórmulas necesarias para engañar y tener contenta a la población. Para lograr este embuste, es importante mencionar el papel que tuvieron las ONGs para que el gobierno consiguiera el respaldo y activismo en las redes sociales (y las calles) —así como su silencio— Durante la pandemia, donde Perú tuvo el primer lugar en el mundo de mortalidad por covid-19 en términos porcentuales contabilizados en muertes por millón: los medios de comunicación y los influencers alineados con el gobierno se mantuvieron en silencio respecto a lo que en el mundo se decía sobre el drama peruano; por el contrario, apañaban todas las mentiras del gobierno sobre cifras falsas de muertes por covid-19 que diariamente Vizcarra anunciaba de manera oficial en su programa matutino. Según el diario Gestión, durante el tiempo de Vizcarra las consultorías a favor de las ONGs llegaron a la cifra de 2 mil millones de soles: 1% del presupuesto público de ese entonces. En publicidad estatal se aumentó en un 39% solo en el 2019. Así mismo, el Gobierno de Martín Vizcarra destinó 152 millones 294 mil soles para siete medios de comunicación, entre el primer trimestre de 2018 y mediados de noviembre de 2020, según el portal Transparencia Económica del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), lo que le valió para que el cartel mediático de El Comercio y La República convierta a Vizcarra en el "Luchador contra la corrupción" y pasar por agua tibia sus vínculos con sus ex socios de ODEBRECHT y sus amigos del "Club de la Construcción". Se le perdonó todo a Vizcarra y se lo victimizó cuando fue vacado por el Congreso para levantar a la población y crear un movimiento juvenil liderados por los periodistas "influencers" de Twitter( hoy X) con el fin de recuperar el poder mediante un golpe de Estado mediático. Finalmente, Vizcarra no regresó al gobierno pero el sucesor, Sagasti, volvió inmediatamente todo a la "normalidad": más presupuesto para las consultorías, repartición de cargos Ministerios al mismo sector, más endeudamiento público para pagar las planillas doradas y publicidad estatal, vacunas sobrevaloradas, etc. Por último, cabe mencionar que aquel movimiento social juvenil impulsado desde Twitter que salió a marchar en pro de la "gobernabilidad" y la "democracia", por no decir por Vizcarra, nunca salió a protestar cuando, en plena pandemia, miles de persona morían desatendidas en los hospitales, no les importó que se cerraran las postas médicas y que las clínicas se hicieran ricas con el dolor y la muerte de los que menos tenían, que los precios de los medicamentos se disparan por las nubes, que a los trabajadores ambulantes los persiguieran como si fueran delincuentes, etc. En fin, nunca salieron a protestas por lo que el pueblo sufría en su día a día.