<< Este es el gobierno ideal para que los empresarios que andan detrás de las licitaciones arregladas y sobrevaloras...>>
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El día en que Dina Baluarte asumió el gobierno cometió la torpeza de anunciar en su primer Mensaje a la Nación que se iba a quedar hasta el 2026. Lo dijo echando leña al fuego y sin ninguna consideración por la reacción de la gente que estaba en contra de la vacancia. En esta situación convulsionada se impuso la "estabilidad" política, con una brutal represión que dejó 50 muertos.
Han pasado dos años y no hay ningún cambio significativo para resaltar en su gobierno. Mientras Dina Boluarte se muestra obsesionada por los viajes y los lujos, la situación en el país empeora con crisis económica, desempleo, corrupción y la inseguridad campante: Dina está realizando sus sueños mientras el resto del país vive una pesadilla.
Este es un gobierno abandonado a su suerte; se maneja en piloto automático, adrede, para que el Congreso aproveche ese vacío de poder y tome el protagonismo. De modo tal, que la prensa no hable mucho de las indecisiones de Boluarte, sino de la torpeza de unos congresistas ambiciosos de poder que llenan los titulares de los diarios. El resultado es que hoy tenemos un Congreso que modifica la constitución de acuerdo a sus intereses electorales y blindajes por casos de corrupción. Todo esto no sería posible sin el silencio cómplice de Dina Bolearte. Ella no gobierna, solo disfruta de tener un cargo que muchos ansían tener; el cual es producto de su deslealtad deslealtad con Castillo. En ese sentido, la estrategia de invisibilizarse, para que el Congreso tome el control y responsabilidad política, le ha servido para mantenerse más tiempo que Castillo en el poder.
Este es el gobierno ideal para que los empresarios que andan detrás de las licitaciones arregladas y sobrevaloras; para que la élite peruana y las grandes redes de corrupción, que han manejado el país por décadas, hagan su agosto. Por eso respaldan, en los hechos, la convivencia Boluarte - congreso.
Finalmente, esta situación nos deja un mensaje bien claro a los peruanos que deseen incursionar en política: si algún gobernante pretende hacer cambios o tocar los intereses de la élite empresarial, mediática y sus redes de corrupción, terminará preso. No hay un ápice de vergüenza en la clase política. No hay encuesta de opinión ni porcentaje de aprobación que los detenga. No hay una denuncia de corrupción que desestabilice al cadáver de palacio hasta que lo decida el Congreso. Pueden hacer con la constitución lo que les da en gana. Tienen más de un año para seguir haciendo de las suyas: el desgobierno los favorece.
500palabras.pe
Fecha: 2023-06-06 00:00:00
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El día en que Dina Baluarte asumió el gobierno cometió la torpeza de anunciar en su primer Mensaje a la Nación que se iba a quedar hasta el 2026. Lo dijo echando leña al fuego y sin ninguna consideración por la reacción de la gente que estaba en contra de la vacancia. En esta situación convulsionada se impuso la "estabilidad" política, con una brutal represión que dejó 50 muertos.
Han pasado dos años y no hay ningún cambio significativo para resaltar en su gobierno. Mientras Dina Boluarte se muestra obsesionada por los viajes y los lujos, la situación en el país empeora con crisis económica, desempleo, corrupción y la inseguridad campante: Dina está realizando sus sueños mientras el resto del país vive una pesadilla.
Este es un gobierno abandonado a su suerte; se maneja en piloto automático, adrede, para que el Congreso aproveche ese vacío de poder y tome el protagonismo. De modo tal, que la prensa no hable mucho de las indecisiones de Boluarte, sino de la torpeza de unos congresistas ambiciosos de poder que llenan los titulares de los diarios. El resultado es que hoy tenemos un Congreso que modifica la constitución de acuerdo a sus intereses electorales y blindajes por casos de corrupción. Todo esto no sería posible sin el silencio cómplice de Dina Bolearte. Ella no gobierna, solo disfruta de tener un cargo que muchos ansían tener; el cual es producto de su deslealtad deslealtad con Castillo. En ese sentido, la estrategia de invisibilizarse, para que el Congreso tome el control y responsabilidad política, le ha servido para mantenerse más tiempo que Castillo en el poder.
Este es el gobierno ideal para que los empresarios que andan detrás de las licitaciones arregladas y sobrevaloras; para que la élite peruana y las grandes redes de corrupción, que han manejado el país por décadas, hagan su agosto. Por eso respaldan, en los hechos, la convivencia Boluarte - congreso.
Finalmente, esta situación nos deja un mensaje bien claro a los peruanos que deseen incursionar en política: si algún gobernante pretende hacer cambios o tocar los intereses de la élite empresarial, mediática y sus redes de corrupción, terminará preso. No hay un ápice de vergüenza en la clase política. No hay encuesta de opinión ni porcentaje de aprobación que los detenga. No hay una denuncia de corrupción que desestabilice al cadáver de palacio hasta que lo decida el Congreso. Pueden hacer con la constitución lo que les da en gana. Tienen más de un año para seguir haciendo de las suyas: el desgobierno los favorece.